31.7.15

4 km Polderloop (De Kwakel, Holanda del Norte)

30.07.2015 Hoy cumplo 54 veranos y he venido en bici con mi hija, desde Amstelveen, a este pueblo al sur de Amsterdam. Hemos tardado casi una hora entre calles, lagos, barrios, granjas, canales, plantaciones de flores... De Kwarkel se llama el pueblo. Está en fiestas, y tienen por costumbre organizar una bonita carrera popular. Me he apuntado a la de 4 km como test para la semana que viene.
Este mes he entrenado muy bien, la primera quincena en Torremolinos y estos días en Holanda. A cambio, llevo diez días con un problema bucal que me ha tenido fatal y que sobrellevo a duras penas cargado de medicamentos.
Calenté un poco y me notaba las piernas raras, supongo que del paseo en bici. Luego me coloqué en segunda fila para la salida y aquí se me ve en el centro, de blanco-naranja.


Salí bastante rapidillo, pero aún así, como es habitual, bastantes salieron literalmente en estampida. Eso suele durar no más del primer kilómetro. Primero un poco callejeando, recuperando posiciones. Luego una rampa y ya ruta más abierta. Persiguiendo a un grupo me tuve que comer todo el viento en contra. Y al girar, ya más favorable, consigo adelantar a todos hasta irme con el que iba delante, el chaval de verde que se ve en la foto de salida.
Y me marcó genial el ritmo hasta el km 3 cuando empecé a flojear un poco y se me iba yendo. La parte final es entretenida, porque transcurre alrededor de la zona ferial y hay bastante animación. Aguanté bien y apreté al final, aunque solo fuera para que se me vea esforzándome en la foto, ja ja.


Contento, llegué el noveno, en menos de 15 minutos. No salgo en la clasificación porque había perdido el chip antes de la carrera. La organización era sencilla, buena y eficaz. Me trataron con enorme amabilidad y de regalo nos dieron una maceta con rosas rojas.
Y tras ver la salida de la carrera de 10 km nos volvimos a casa, que se estaba haciendo tarde y no queríamos que se nos echara la noche encima dando pedales.

16.7.15

Ofrenda a la tormenta (Dolores Redondo, 2014)


Ha pasado ya un mes desde que la inspectora de la Policía Foral recuperó a su hijo y pudo detener a Berasategui. Pero, a pesar de que tanto la Guardia Civil como el juez Markina dan por muerta a Rosario, Amaia siente que no está libre de peligro; un desasosiego que sólo Jonan comprende.
La muerte súbita de una niña en Elizondo resulta sospechosa: el bebé tiene unas marcas rojizas en el rostro que indican que ha habido presión digital, y además su padre intenta llevare el cadáver. La bisabuela de la pequeña sostiene que la tragedia es obra de Inguma, el demonio que inmoviliza a los durmientes, se bebe su aliento y les arrebata la vida durante el sueño.
Pero serán los análisis forenses del doctor San Martín los que convencen a Amaia Salazar de investigar otras muertes de bebés, que pronto revelarám un rastro inaudito en el valle.
Berasategui muere, entonces, inexplicablemente en su celda, lo que despliega una trepidante investigación que llevará a Amaia al auténtico origen de los sucesos que han asolado el valle del Baztán.
Y mientras, desde el bosque, una impresionante tormenta llega para sepultar la verdad más demoledora.

Legado en los huesos (Dolores Redondo, 2013)


El juicio contra el padrastro de la joven Johana Márquez está a punto de comenzar. A él asiste una embarazada Amaia Salazar, la inspectora de la Policía Foral que un año atrás había resuelto los crímenes del llamado basajaun, que sembraron de terror el valle del Baztán.
Amaia también había reunido las pruebas inculpatorias contra Jasón Medina, que, imitando el modus operandi del basajaun, había asesinado, violado y mutilado a Johana, la adolescente hija de su mujer.
De pronto, el juez anuncia que el juicio debe cancelarse: el acusado acaba de suicidarse en los baños del juzgado.
Ante la expectación y el enfado que la noticia provoca entre los asistentes, Amaia es reclamada por la policía. El acusado ha dejado una nota suicida dirigida a la inspectora, una nota que contiene un escueto e inquietante mensaje: "Tarttalo".
Esa sola palabra, que remite al personaje fabuloso del imaginario popular vasco, destapará una trama terrorífica que envuelve a la inspectora hasta un trepidante final.